EL EVANGELIO

 

El Dios del universo, justo y lleno de gracia, miró a la humanidad sin esperanza y llena de pecado y envió a su único Hijo, Jesucristo, Dios encarnado, para derramar su ira hacia el pecado en la cruz y para mostrar su poder sobre el pecado en la resurrección con el fin de que todos los que se vuelvan y confíen en Él sean reconciliados con Dios por siempre.

 

Hay cinco verdades bíblicas y cinco respuestas encontradas en el evangelio.

 

• El carácter de Dios. (Romanos 1:18-20, 2:1-16, 3:22-24, Isaías 43:6-7)

Verdad: El Creador de todas las cosas es un Dios justo y lleno de gracia.

Respuesta: Reconocer que le pertenecemos a Él, somos responsables ante Él, y hemos sido creados para glorificarlo a Él.

 

• El pecado del hombre. (Romanos 1:21-25, 3:9-20, 3:23, 6:23)

Verdad: Todos hemos sido creados por Dios, pero todos estamos corruptos por el pecado.

Respuesta: Reconocer nuestras áreas de rebeldía, ser honestos con Dios acerca de nuestro pecado, y apartarnos2 de él.

 

• La suficiencia de Cristo. (Romanos 3:21-26, 4:25, 5:6-10, 5:18, 8:1-4)

Verdad: Solamente Jesús es suficiente para remover nuestro pecado y reconciliarnos con Dios por medio de su muerte. Él es el único que aplaca la ira de Dios por nuestros pecados.

Respuesta: Reconocer que somos incapaces de reconciliarnos con Dios aparte de la persona de Jesucristo.

 

• La necesidad de la fe. (Romanos 1:17, 3:20-31, 4:22-25, 6:11-14, 8:10-11, 10:9-13)

Verdad: Somos reconciliados con Dios solamente por medio de la fe en Cristo Jesús. No hay nada que podamos hacer para ser justos delante de Dios.

Respuesta: Una fe que lleve a la salvación implica apartarse del pecado y la autosuficiencia. Volvemos a Jesús y confiamos en Él como Señor, lo confesamos como Señor y Salvador.

 

• La decisión para la eternidad. (Juan 3:14-16, 36, 10:27-30, 17:3, 1 Timoteo 1:16-17, Hebreos 9:12, 1 Juan 5:11-13)

Verdad: Nuestro destino eterno depende de nuestra respuesta a Jesús.

Respuesta: Clamar a Dios por perdón de pecados, depositar la fe en Jesús y confesarlo como Señor y Salvador.