LA FAMILIA

 

Dios ha establecido la familia como la institución fundamental de la sociedad humana. Está compuesta por personas relacionadas entre sí por medio del matrimonio, de sangre o por adopción.

 

El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer quienes se comprometen por medio de un pacto vitalicio. Es un regalo dado por Dios para revelar la unión entre Cristo y su iglesia, y para proveer al hombre y a la mujer en matrimonio compañía e intimidad, un canal para la expresión sexual según los estándares bíblicos, y los medos de procreación de la raza humana.

 

Debido a que ambos han sido creados a su imagen, tanto esposo como esposa tienen el mismo valor para Dios. La relación matrimonial modela la forma como Dios se relaciona con su pueblo. El esposo debe amar a su mujer como Cristo amó a la iglesia. Él tiene la responsabilidad dada por Dios para proveer, proteger y dirigir a su familia. La esposa debe someterse voluntariamente al liderazgo servicial de su esposo así como la iglesia se somete a la cabeza que es Cristo. Ella, siendo la imagen de Dios, al igual que su marido, y por ende como igual a él, tiene la responsabilidad dada por Dios de respetar a su esposo y de servirle como ayuda idónea en administrar el hogar y formar la siguiente generación.

 

Los hijos, desde el momento en que son concebidos, son una bendición y herencia del Señor. Los padres deben demostrarle a sus hijos el patrón dado por Dios para el matrimonio. Deben también enseñar a sus hijos los valores morales y espirituales y guiarlos consistentemente por medio de un estilo de vida ejemplar acompañado de disciplina amorosa para que ellos tomen decisiones basadas en la verdad bíblica. Los hijos deben honrar y obedecer a sus padres.

 

Versos de referencia:

Génesis 1:26-28; 2:15-25; 3:1-20, Éxodo 20:12, Deuteronomio 6:4-9, Josué 24:15, 1 Samuel 1:26-28, Salmos 51:5; 78:1-8; 127; 128; 139:13-16, Proverbios 1:8; 5:15-20; 6:20-22; 12:4; 13:24; 14:1; 17:6; 18:22; 22:6,15; 23:13-14; 24:3; 29:15,17; 31:10-31, Eclesiastés 4:9-12; 9:9, Malaquías 2:14-16, Mateo 5:31-32; 18:2-5; 19:3-9, Marcos 10:6-12, Romanos 1:18-32, 1 Corintios 7:1-16, Efesios 5:21-33; 6:1-4, Colosenses 3:18-21, 1 Timoteo 5:8,14, 2 Timoteo 1:3-5, Tito 2:3-5, Hebreos 13:4, 1 Pedro 3:1-7